El criterio propio para el receptor mexicano atado a una dictadura presidencialista corrupta única y más larga de todos los tiempos, resultaba un artículo de lujo que en su mayoría les resultaba no necesario usar, la baja autoestima del lector de diarios, cómics, fotonovelas y los televidentes y radioescuchas de programas de entretenimiento y noticias controladas, los hacía estar consientes de la falsedad del lector de esas noticias que se decían soldados del PRIgobierno, pero sin embargo los acobijaban con agrado y hasta se familiarizaban con los perversos verdugos como un síndrome de teleestocolmo". Esos atrapados en la esfera mediática, que dibujaban a quien cada sexenio representaba al presidencialismo asfixiante, con odio al criticar al Presidente en turno, a la vez lo veían como quien los salvaba del caos que su propio salvador había propiciado y que cada seis años se desquitaba del agresor mediante el voto que de antemano se sabía no sería ni contado ni respetado. Los nuevos tiempos políticos e históricos hacen que las piezas del ajedrez cambien de posición en todo el tablero, se ataque y se defienda al Presidente en turno pero ahora no de manera dual sino en dos bandos, que al final resulta un saneamiento de la opinión pública al por lo menos, ya no alimentar el trastorno de doble personalidad crítica. Así los avances se harán lentos en un país criticado por su atraso pero históricamente joven como toda América y siempre bajo el dominio imperialista o colonialista, lo que da como producto una sociedad bastarda de pensamiento que va madurando en su mayoría que contrasta con la minoría que vive en el mundo fantástico de hechos del pasado que no existen pero evadiendo el recuento de los daños del pretérito y del propio pasado que deben ser analizados para la restauración. No se debe creer todo lo que se mira, pero tampoco se puede tener la torpeza de negar sin investigar. El abuso que sufrió la Presidente Claudia Sheinbaum en donde videos engañosos mostraban el ataque, dejó en manifiesto un experimento social no planeado, entre la inteligencia cautelosa y la torpeza de calificación inmediata, acciones que el auditorio tuvo que asumir ante el silencio de voceros oficiales y comunicadores direccionistas e hipócritas que dejaron solos a estos receptores, al no abordar el acto, tal y como se deja a la deriva a aquel niño que comienza a caminar pero aún no sabe hacerlo. Más en www.somoselespectador.blogspot.com
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