Estamos en el entendido de que el entretenimiento visual no es funcional sin un a presencia física agradable en pantalla, tal condición aunque polémica puede llegar a ser válida, pero lo inaceptable es que productores y realizadores de la televisión, únicamente califiquen de atractivos determinados rasgos físicos como si la belleza no tuviera pluralidad en el color de piel o en determinadas características de ojos, cara o estatura. Tomar en consideración un físico esteriotipado en la pantalla es un acto inaceptable para la sociedad moderna, elegir una presencia agradable, aunque está en el limite de los discriminatorio, todavía podemos calificar tal situación dentro del rango de la idea de concepto. Buscar solamente personas agradables para todos los proyectos o con determinadas características, convierte a la televisión en un instrumento de consumo y la inutiliza como un instrumento de comunicación.
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