martes, 28 de mayo de 2024

LAS ENCUESTAS RESULTAN CERTERAS CUANDO NO ESTAN AMALEADAS

 































Las encuestas fundamentadas en una investigación histórica y social y luego  desarrollada con métodos y técnicas idóneas, resultan ser confiables pero en el caso de las encuestas de las candidaturas a la presidencia, son  más aún más confiables, cuando la diferencia  de puntos es tan notoria como en el caso de las elecciones del 2018 y ahora en este 2024.  El fracaso  de mayor escándalo a nivel internacional en razón de una encuesta, es la cantada derrota de Ronald Trump frente a Hillary Clinton, pero resultaba claro que los resultados dados a conocer al público, estaban alterados, así como los conteos rápidos que dieron un revés  en favor de Trump,  o aquellas  que estando pagadas a favor del PRI,  arrojaban resultados que hacían ver a Peña Nieto como un tren bala, cuando las casillas reflejaban casi un empate técnico con Andrés Manuel López Obrador. En estas elecciones presidenciales no es una excepción  lo malicioso de los números, que pintan a la candidata pripanista, como un caballo que alcanza a la puntera, cuando la realidad es que no solamente  se encuentra retirada de su adversaria morenista, sino que ha sido rebasada por el candidato de movimiento Ciudadano. Hasta las fuentes casadas con la derecha  a días de la votación presidencial, ya comienzan a deslindarse  de proclamar a Xóchitl Gálvez como una contendiente  con números firmes para dar batalla por la silla presidencial, y las cifras maliciosas comienzan a coquetear con Jorge Álvarez Máynez cuyo desempeño no le alcanzará para ser Presidente de la República pero sí para obtener curules en el legislativo, para el refrendo del registro de su partido y un carro ganador en algunos estados del país como Nuevo León, y según dicen algunos, también Jalisco. Las encuestas de enorme fracaso  en contiendas electorales se han presentado por intereses marcados y con cálculos ridículos, como el rápido acelere  de Felipe Calderón en el fraude del 2006 o la visita de Ricardo Anaya a la cima con C cuando se encontraba en la que se escribe con S, tal y  como está ocurriendo con la mascachiclosos de Xóchitl Gálvez. .Más en www.somoselespectador.blogspot.com